viernes, 22 de abril de 2011

¿Qué hay detrás de nuestras culturas y las mediaciones?



Esta pregunta no introduce al desarrollo de las diferentes tradiciones y tendencias que se extienden a lo largo de nuestro país.

Para no ir tan lejos, podemos dar dos ejemplos que acogen poblaciones totalmente diferentes, teniendo en cuenta elementos físicos, sociales y políticos como el clima, la cultura y su mediación como pueblo frente a la participación gubernamental.

Por un lado tenemos el departamento de Nariño. Allí encontramos una ciudad reservada y fría, pero con mucha calidez humana y altos estándares de calidad para la educación: Pasto. Ubicada en medio de dos volcanes tras finalizar el nudo de los pastos, haciendo parte de la región andina, cuya población se caracteriza por ser culturalmente reservada. Siempre de ruana, guantes, sombrero, las mujeres con sus cholas1) bastante grandes y anchas que muchas veces se confunden con los atuendos utilizados en vecinos países como Ecuador, Perú y Bolivia. Sólo cuando se tiene la oportunidad de estar con ellos se aprende y se notan algunas diferencias de estas culturas.

Son Colombianos, que en su sangre llevan el ritmo, el sabor latino característico, expuesto en el carnaval que hace parte de la cultura popular de Colombia, al cual los noticieros destinan una parte de su tiempo y desplazan a sus presentadoras y comentaristas para el disfrute de él, siendo este una tradición de “la familia Castellanos”. EL Carnaval se inició hace muchos años, haciendo honor a blancos y negro, recogiendo y resaltando las razas que identifican la población Colombiana, de quienes se destaca el trabajo que de sol a sol realizan cultivando, pero que también preparando sus danzas, reinados, construyendo carrozas. A ellos se suman los estudiantes de colegios que preparan comparsas, en medio del frío penetrante de la región, pues entre diciembre y enero la temperatura llega a 4 grados aproximadamente.

Luego pasamos a una temperatura que puede alcanzar los 32 grados, en el lugar donde sus habitantes se notan llenos de felicidad constante, de ruido, en donde se habla duro, y se tiene la sensación de que siempre están de fiestas. En estos detalles podemos darnos cuenta que son dos culturas totalmente diferentes. Bajo el calor abrazador, siempre hay un motivo para celebrar llegada la hora del Carnaval de Barranquilla. Ha llegado a ser tan conocido en el mundo que ya hace parte de los famosos como el Carnaval de Rio de Janeiro. Los artistas que participan en él deben tener un nivel de reconocimiento nacional e internacional. Los medios de comunicación, se desplazan allí, al igual que importantes personalidades, y cuenta con un presupuesto destinado por la nación. Incluso, el Presidente de la República asiste a su inauguración y toda la ciudad se paraliza y disfruta esta fiesta colmada de cortejos y reinados pues… “quien lo vive es quien lo goza”

Pero ¿qué hay detrás de estas culturas y las mediaciones? Un sistema patrocinado por el poder, por la cultura política. Es el sentir de que si no están allá, no hacen parte importante del país, olvidando que a menos de 7 cuadras de sus viviendas, tenemos más de 1500 niños pasando necesidades. Y ¿dónde están las mediaciones? ¿Dónde queda la equidad? Teniendo un gobierno polifacético y un país considerado como uno de los más, ¡claro, estamos hablando de COLOMBIA!, existe una gran pobreza e inequidad. La cultura hace parte de nuestras tradiciones basadas en experiencias, en ritos, mitos, pero que se enfrenta al mal llamado “poder”, que empobrece cada vez más su significado. Debemos buscar que estas expresiones sean del pueblo y para el pueblo, lejos de la complejidad política y económica, apostándole a una mejor calidad de vida para los pueblos a través de su cultura propia.



Autor: Brigith Rojas

1)    Cholas: es el nombre característico para referirse a la mujer campesina, vestida con faldas, faldones, alpargatas, sombrero y que por lo general están en el campo o mercados.

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